1. |
La única mañana
02:48
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La única mañana del destino,
podían preguntar vidas distantes
si el tiempo es creador o es asesino.
Perdido cada uno en su camino,
el tiempo contemplaba aún instantes
la única mañana del destino.
Se sabe que el pretexto era anodino
y que las nadas son ilusionantes
si el tiempo es creador o es asesino.
En un nuevo vacío matutino
dentro de una ciudad sin habitantes
la única mañana del destino
se encontraron la ninfa y el felino
y es imposible que supieran antes
si el tiempo es creador o es asesino.
Un propósito oculto, un flash divino
pregunta para siempre a los amantes,
la única mañana del destino,
si el tiempo es creador o es asesino.
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2. |
El fuego
03:33
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Se paraba la noche en el circuito
sin color del dolor para que fuera
sólo amor el espacio y no doliera
el daño, hijo del orden infinito.
Una mañana de papel no escrito
es tiempo tuyo y mío, sin siquiera
palabras, solo beso dentro y fuera
del cuerpo que no es cuerpo de delito.
Es un tiempo sin más ley que besarte.
A través de deshoras del amor,
escapar juntos del control del mundo
en el que no queríamos ser parte.
Es imposible hacer nada mejor
que el fuego que arde y cesa en un segundo.
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3. |
Jamás una teoría
02:29
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Muy cerca de tu centro,
estaba yo tendido
sin acceso ni medio de transporte
para llegar adentro
de donde era prohibido
entrar del todo al misterioso norte.
Hoy quiero que no importe
un modo extemporáneo
de seguir allí con
inútil conexión:
las palabras son siempre un sucedáneo
de paz amante y terca,
si no puede ser dentro, al menos cerca.
Pero son una pausa
en su verdad. La torre
de conexión remota sigue franca
por el placer que causa
el beso que recorre
la piel como las manos recorren la palanca.
Brota una esencia blanca
que salta entre tú y yo
y trae de vuelta el beso
como si entrara eso
en ti aunque en teoría sé que no.
Quererte todavía
no puede ser jamás una teoría.
Quererte no puede ser jamás una teoría
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4. |
La ciudad olvidada
04:36
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La ciudad olvidada
por mí, o por sí misma, o por los dos,
era el tiempo, era nada
que no mostrasen los
rótulos de su ruina. Vámonos
de aquí, del museo viejo,
dije, se salva solo por tu cara
que mira ese azulejo
con fecha puesta para
que la idea del tiempo sea aún más rara.
Seguro que creí
en las edades de otros y en la mía
cuando estaban ahí
como la luz de un día
al que la noche nunca llegaría
a vida o muerte: empate
y ahora en el recuerdo es donde veo
cómo la brisa bate
tu pelo y mi deseo,
y más vida en los dos que en el museo,
esa ansia por receta
de marzo y monumento del pintor
en alto con paleta
y pájaros.
Mejor que el bronce su excremento redentor.
Se borraba un jardín
que cambiaba de ser y de tamaños
o que yo miré sin
los antiguos engaños
que después parecen tan extraños.
Éramos verdaderos
sumergidos en una luz mental
y en la de los primeros
destellos del cristal.
Eran los de un principio y un final.
No había más lugares
que los de nuestro abrazo. Ahora son
tan espectaculares
en este corazón
y sólo los conoce una canción
en la que al fin me asomo
a un vacío de tiempo que se salva
sin entender bien cómo.
A un cielo color malva
que es tiempo único entre noche y alba.
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5. |
El vértigo
03:53
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Era como asomarse al vértigo
de querer revivir contigo
tiempo en que no nos conocíamos,
como quien se cuela en un sueño
o conversa con el espectro
de pesadilla de sí mismo.
En una, estaba malherido
anoche y de pronto me acuerdo.
Era un hueco de vida en bruto
la vida entera excepto meses
cuando al fin estábamos juntos.
Escapábamos de la muerte,
más veloz que el giro del mundo
y que los años que no vuelven.
Era como asomarse al vértigo
de querer revivir contigo
tiempo en que no nos conocíamos,
como quien se cuela en un sueño.
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6. |
Soy
04:17
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Soy el ser de una tarde y tu beso
y no solo eso.
Soy el ser que no conocía
un siempre que era siempre, un día que era día,
y no solo eso.
Soy.
Un siempre que era siempre, un día que era día:
soy el que sin ti no había
y no solo eso.
Un siempre que era siempre, dormido en su viva potencia
y yo era un ser de tu inteligencia
y no solo eso.
Soy el que sin ti no había.
De mi tristeza, de tu alegría
y no solo eso.
Soy.
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7. |
Embotellamiento
03:19
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No había que pensar que era en otra parte de nosotros
aquel dulce abandono de auto sin combustible;
que el amor les pasaba extrañamente a otros,
capaces de rodar la avenida invisible.
Éramos dos ante las luces rojas
del embotellamiento.
Te rozo en punto muerto los nudillos y te digo que escojas una canción para lo que sientes y para lo que siento.
Podíamos volar sobre el atasco en aquel tramo oscuro.
Tan juntos como antes de conocernos.
Cada uno en su pasado soñaba su propio futuro
atravesando tramos de pequeños infiernos
que quedaron atrás tan de repente
en la autovía quieta de la mente.
Podíamos volar sobre el atasco en aquel tramo oscuro.
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8. |
La huida
02:53
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Es imposible que algo se acostumbre
a este silencio del recuerdo en que huyo
hacia el sitio final, hacia el vislumbre
de ser que por fin vive: el mío, el tuyo.
Sigue la trayectoria de la mano
en la piel la verdad elemental.
Porque es el amor un tiempo humano.
Porque es un principio y un final.
Las horas en que el tiempo se silencia
en tu cuerpo de ninfa y de persona,
aquel cuarto con forma de conciencia
y luz en la ventana que emociona
al tiempo. Y escapar así de asuntos
absurdos, absurdos ante el hecho de estar juntos.
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9. |
Desfase
02:18
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Yo miraba en Wikipedia
tragedia
y en un viejo diccionario
mal fario
y en otro un poco mejor
dolor,
y veía que el amor
quitaba significados,
o dejaba desfasados
tragedia, mal fario y dolor.
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10. |
Dormíamos
04:06
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Orbitamos en nuestro amor
como se apagan los planetas
mientras espera su fulgor
el fin de sus vueltas completas
en lo negro como en dos plantas
confiadas a un mismo sueño
hecho de coincidencias: tantas
como un infinito en pequeño.
Ahora duermo para tenerte.
Es un delicioso desarme
que se parece y no a la muerte.
Puedes entrar a despertarme,
a desatarle al sueño el lazo
tras el que duerme nuestro abrazo.
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11. |
El eco
03:36
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Me veo como en espejos viejos
donde la vida rebota rota.
Me miraba renacer, ser
un ser menos inconexo,
sexo eterno como el instante
ante un murmullo de desierto
muerto.
Hubo algo en todos esos besos,
tiempo entre cosas veloces, roces
con tu agua rosa y pálida,
cálida como el sol de mi cobarde
tarde.
A un aire de terminada nada
se esfumaban los engaños de años,
la muerte de mis amantes de antes,
el eco de mis pequeños sueños
y la inercia antisuicida ida
al entreabrirse tus labios sabios.
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12. |
Invención
03:00
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Día del tiempo, igual que en la niñez,
en este cuarto frente al mar y al mundo,
el infinito es una sola vez.
Es una eternidad que se concreta
y juega a que da pasos hacia atrás
para alejar la meta.
No hay un momento de lo no vivido
en el que yo no mire con amor
deshacerse el cordón de tu vestido.
Recostado en tu falda,
soy el tiempo inventado
de los dedos que muevo por tu espalda.
Día del tiempo, igual que en la niñez.
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13. |
Sin calendario
03:02
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Puedo aprender a contar
cada instante y cada fecha
de mi vida,
aquella tarde en el mar,
o nuestra cama deshecha,
encendida
nuestra luz de madrugada,
inagotables los besos
de un viaje.
Puedo darle fecha a cada
día de años inconexos,
lo salvaje, la emoción que no se presta
a huecos de calendario ni de hora.
Ni de hora.
O puedo seguir en esta
luz de un tiempo imaginario
como ahora, como ahora,
sin saber en qué año fui
para siempre a las ciudades
donde sigo
llegando a ellas y a ti
en un tiempo sin edades
y contigo, y contigo.
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14. |
Ana sí
03:01
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La única mañana
es la de Ana.
Reflejos
que se inventan un cuarto alrededor
de Ana y de mí y es nuestro aunque esté lejos.
Es una luz amante,
insegura y segura como esta
mañana cuando todo, en un instante,
es la mañana que el amor nos presta.
Nadie estaría nunca tan seguro
de algo tan inseguro. Ha sido
en este mundo del que juro
que me animaba verle algún sentido
hasta una mañana en que con ella
deja el sentido en todo alguna huella.
La única mañana,
la de Ana.
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Conde Málaga, Spain
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