Reverbville es un lugar, una ciudad que se asoma a la bruma del atardecer junto a un mar oscuro. Pero también es un disco. Reverbville es el primer álbum en solitario de Conde, que es un veterano en el negocio musical, su anterior banda Santos de Goma grabó tres discos que buscaban la perfecta canción pop, pero la banda acabó agotándose en el intento. Ahora, Conde esta inmerso en una nueva busqueda y ésta se llama: Reverbville.
Reverbville es una ciudad donde conviven todo tipo de personajes, vivos y muertos y es un sitio donde ocurren historias, algunas de ellas transcurren en las diez canciones que componen este bonito vinilo. Todas ellas se desarrollan en esta ciudad tan especial y única. Reverbville no es exactamente un disco conceptual ya que todas las canciones son independientes, pero si que es cierto que comparten una misma atmósfera, la del efecto de sonido llamado “Reverb”, que hace de niebla sonora, la misma niebla que cubre la ciudad donde se desarrollan las canciones. Musicalmente bebe del Rockandroll clásico, de Elvis, Ricky Nelson o Santo & Johnny, pero también de crooners como Scott Walker o Richard Hawley, por sus surcos se pasean The Velvet Underground y Serge Gainsbourg, y además contiene una generosa dosis de Folk. La atmósferas le deben tanto a David Lynch como a Nelson Algren, Onetti, John Fante o Tom Waits. Es un álbum un tanto inclasificable, extraño y a pesar de todo accesible a su manera, abundan los medios tiempos y las canciones de atmósfera pesada, con momentos cargados de oscuridad, emoción y belleza extraña.
Se ha grabado con un equipo muy reducido de colaboradores y Conde se ha hecho cargo de gran parte del esqueleto musical del mismo, además de la voz principal, ha tocado guitarra eléctrica y acústica, bajo, percusiones, teclados, theremin, banjo, ukelele, lapsteel guitar, glockenspiel y cítara. Israel Calvo se ha encargado de las guitarras eléctricas, Claudio Tamer de las baterías, Frank Mora del contrabajo y Francis Barba ha colaborado en un par de temas aportando su guitarra y su steel guitar. Reverbville se ha construído con mimo, sin prisas, cuidando el arreglo; se compuso muy rápido y se grabó despacio, aplicando una paleta de colores reducida, todo el disco se basa en la “Reverb”, que es quien de alguna manera determina el sonido del mismo. Conde, además de componer las canciones se ha hecho cargo de todos los aspectos técnicos de la grabación, ha ejercido de ingeniero de sonido, de productor y de chico de los recados, ha traído el café y ha hecho la mezcla definitiva. Del mastering se ha encargado Pachi García “Alis”, viejo compinche y buen amigo, que ha aportado su visión única sobre el sonido, dándole el toque especial para redondear un trabajo bien hecho.
Reverbville podría haber sido un libro, un comic, una película o una serie de televisión... pero es un disco, visual, emocional, oscuro, sincero y casi triste, es un trabajo maduro, de un tipo maduro que no pretende ocultarlo. Los discos son pequeños milagros cotidianos y éste lo es por derecho, quizás el planeta Tierra no necesite un nuevo microsurco lleno de diminutas canciones, pero a veces, una de ellas nos puede salvar el día. Y eso ya es algo.